El corre-corre de Sugeila Oñate, la gobernadora encargada de La Guajira
Mientras que el exgobernador (e) Fahian Al-Fayes, al fondo, entregaba el balance de sus tres meses en el cargo, Sugeila Oñate sale veloz a posesionarse en el Tribunal Superior.
Los 500 invitados y la elegancia de los mismos llamó la atención. Fue un regalo de mi esposo, dijo la mandataria de La Guajira.
La capacidad de organizar un gran evento en 24 horas, cuidando de cada detalle, convocar a 500 personas sin enviar tarjeta de invitación y conseguir que cada silla fuera decorada con lazos de distintos colores en menos de tres horas solo podría ser de una mujer.
El corre-corre fue previo a la posesión de la nueva gobernadora encargada de La Guajira Sugeila Oñate Rosado, quien reunió en el salón Sierra Nevada del Centro Cultural de Riohacha, el cual está adjudicado a la Gobernación; a gran parte de la sociedad de El Molino, San Juan del Cesar y Fonseca, municipios del sur del departamento.
Absolutamente todos llegaron en sus carros particulares y por eso a la salida del lugar, hubo congestión vehicular.
“Fue otro 2 de febrero”, se le oyó decir a uno de los asistentes, en referencia a la celebración de la Virgen de los Remedios, que se cumplió dos días antes a la que todos van elegantes.
El martes los hombres en su mayoría fueron de guayabera blanca y las mujeres con vestidos largos, conjuntos elegantes, accesorios llamativos, zapatos altos y cabellos recientemente peinados.
El martes los hombres en su mayoría fueron de guayabera blanca y las mujeres con vestidos largos, conjuntos elegantes, accesorios llamativos, zapatos altos y cabellos recientemente peinados.
La gobernadora, por su parte, escogió un vestido amarillo, con encaje en la parte de adelante y un lazo en su cintura, con pocos accesorios y zapatos que le hacían juego.
Su cabello suelto, como acostumbra a llevarlo, pero bien peinado, complementaban su atuendo, que para algunos no estuvo acorde para la ocasión y tampoco con las pintas de sus invitados.
“Ella debió vestir de blanco o beige y ponerse un vestido que le tapara los hombros o uno estilo sastre”, dijo Rocío Franco, una habitante de Riohacha que solo la vio entrar al Centro Cultural.
Ante los magistrados y no ante los 500 invitados se posesionó la nueva mandataria de los guajiros.
La elegancia fue la nota predominante en el recinto, lo que va contra el discurso de la gobernadora, en donde expresa que se debe disminuir la pobreza extrema y la desnutrición en esta región.
“Destaco que el encargo haya sido para una mujer joven, porque pone de relieve un alto reto a una nueva generación de profesionales, pero esperamos que su convocatoria para estas tareas tenga más respaldo que el protocolo de provincia exhibido en su posesión”, aseguró Ángel Roys Mejía, promotor de la iniciativa ciudadana ‘ Riohacha Ciudad Posible’.
Y agregó que “este acto fue muy suntuoso para esta clase de nombramiento y, sobre todo, por la situación de pobreza en que está el departamento”.
Se olvidó dónde era la posesión. El día de la ceremonia parece que a la gobernadora Sugeila Oñate Rosado, se olvidó dónde sería el acto de posesión.
Cuando todo transcurría de forma normal y después que se hiciera una oración, se cantaran los himnos correspondientes y hablara el presidente de la Asamblea Idelfonso Medina, el turno le tocó al saliente gobernador encargado Fahian Al-Fayes Chaljub, quien tuvo que terminar de manera abrupta su discurso.
Al-Fayes comenzó saludando y haciendo un pequeño balance de su paso por la gobernación, en la que estuvo tres meses. Y, precisamente, cuando ofrecía su ayuda y colaboración a la nueva gobernadora, esta se levantó de su silla y salió corriendo del salón.
Los presentes se preguntaban qué pasaría, quizás algún accidente con su vestido o de pronto la mandataria tendría una urgencia de ir al baño.
Ninguna de las anteriores, se leería en una encuesta. La gobernadora, que se encargó de cada aspecto de su posesión, desde los invitados, las copas para el brindis, el tipo de picadas que se repartiría, los bellos detalles de las sillas donde se sentarían los de la mesa principal y el grupo musical que tocaría, se olvidó de un detalle: donde juraría y firmaría como nueva gobernadora.
Por este motivo los magistrados del Tribunal Superior de La Guajira la llamaron para que fuera rápido al Palacio de Justicia, donde sería el acto principal, el que convocó a las casi 500 personas, el más importante.
Por eso, Sugeila Oñate Rosado salió corriendo, porque la edificación está al lado, y cuando llegó a la sala del Tribunal tocó la puerta varias veces para que le abrieran.
Luego vendría una espera de por lo menos 15 o 20 minutos, mientras que el magistrado Jaime Movil llamaba a la secretaria, que no estaba en ese momento. La funcionaria apareció a cumplir con su labor y por fin se pudo posesionar la nueva gobernadora de La Guajira.
El presidente del Tribunal Superior de La Guajira, Jaime Movil explicó que al no estar la asamblea sesionando, le correspondía a los magistrados posesionarla. Este es conformado por dos de la sala penal y tres de la sala civil, familia y laboral, los cuales estaban en audiencia mientras la gobernadora se encontraba en su evento en el Centro cultural. Cuando ellos pudieron sacar un tiempo de receso en las diligencias decidieron llamar a la mandataria para la posesión. Esto sucedió porque fue un acto repentino, ya que fue planeado con muy poco tiempo de anticipación, debido la expedición del decreto de su nombramiento, que había sido solo un día antes.
Así lucía el salón Sierra Nevada del Centro Cultural de Riohacha, en la tarde del pasado martes.
Habla la gobernadora. Al ser consultada sobre la elegante posesión, la gobernadora (e) Sugeila Oñate dijo que la gran cantidad de personas que fue al acto refleja la satisfacción del pueblo guajiro por su llegada y la elegancia hace parte de su personalidad.
Cuando se le preguntó sobre el costo de la ceremonia, dijo “No lo se, porque fue el regalo de mi esposo por mi nombramiento”, manifestó.
Su cónyuge es Juan Carlos Orozco, ingeniero civil, de San Juan del Cesar, con quien tiene dos hijas.
POR:
SANDRA GUERRERO BARRIGA
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